Descripción
					Individual y socialmente, necesitamos una nueva cultura del tiempo. Llegamos exhaustos al final de la jornada. Vivimos a un ritmo que no es el que reclama nuestro cuerpo. La sociedad de las prisas es nuestro hábitat.
La libertad es tiempo. Tener tiempo es esencial para una vida libre, consciente y sosegada. Sin tiempo, sin atención, resulta imposible la ternura. Hace falta mucho tiempo para aprender a ver, que es la forma profunda del mirar.
Todo lo que se desarrolla, crece y florece, procede por pasos cortos.