“Los socialistas utópicos tienden a subestimar la complejidad del reto que supone coordinar el reparto de millones de tareas en una economía especializada. En este libro, el autor recurre a la metáfora del campamento como modelo del socialismo utópico. En un campamento, cabría que las personas se organizaran fácilmente para realizar las tareas necesarias para acampar y preparar la comida. Sin embargo, todo lo que llevamos ya fabricado al campamento y que nos permite sobrevivir en esa circunstancia, ha sido fruto de las tareas determinadas por la especialización y el comercio de millones de personas que hacen posible la satisfacción de nuestras necesidades más elementales y también las más complejas”.