Descripción
La diversificación estructural consiste en diseñar estrategias de inversión que funcionen en los cuatro escenarios económicos posibles. Para ello es preciso identificar los activos que funcionan en cada uno de ellos, y los que no funcionan, y la correlación entre ellos, para que, llegado el momento, la subida de unos nos proteja de la caída de otros. Diversificar nuestra cartera estructuralmente consiste en combinar cantidades relevantes de activos que tengan un comportamiento estructuralmente diferente y que, por tanto, no se moverán en la misma dirección al mismo tiempo, sobre todo en momentos clave. La diversificación supone una posición de humildad ante un mundo incierto e imprevisible. En las carteras con diversificación estructural, nuestro patrimonio está protegido de las inevitables turbulencias del mercado por cortafuegos que separan cada una de las porciones de la cartera.